La mente de la duquesa trabajaba rápidamente mientras subía los escalones, cruzaba la entrada de su mansión y se quitaba el abrigo para entregárselo al ama de llaves, la batalla no estaba perdida, tenía el matrimonio de Nathan Wilson y su sobrina, ese hombre representaría el inicio de la empresa competidora que sacaría a Elena del mercado cervecero y entonces ella tendría que elegir entre su fortuna y Charles, y Emma sabía perfectamente el resultado de esa elección.
Sin embargo…
– Es una locura.
Lo que aún le causaba desconcierto era descubrir que el conde la traicionó, era increíble, Elena lo engañó, durmió con otros hombres, hizo que su nombre estuviera en boca de toda la sociedad y arruinó su empresa, y ese hombre seguía pensando en ella a tal grado, que logró incluir una cláusula en
