Erin Stone tenía mucha sed, se detuvo frente a la barra de bebidas, buscó una copa de vino y bebió muy poco, apenas lo indispensable para quitarse la sensación de la garganta seca, a su lado Marius la abrazó y deposito un beso en su frente – es una hermosa fiesta. El lado perfeccionista de Erin fue heredado por su madre y la obligó a mirar alrededor esperando encontrar un defecto, pero todo parecía ir en orden y sonrió – lo es. – No sabía que mi esposa era tan presumida. Erin le golpeó el hombro en un gesto cariñoso. Entre los pasillos que rodeaban el salón y que conectaban con la cocina el conde Cristián Johansen caminó apresurado y empujó el hombro de Alex contra la pared – ¿por qué estás aquí? – Hago mi trabajo – respondió tenso y con una expresión mal humorada. – ¡Trabajo!, una f