El día había llegado, esa tarde se celebraba el tan esperado baile de la familia Stone organizado por Erin Stone y su esposo Marius Bishop. Desde muy temprano la mansión estaba llena de sirvientes que trabajaban para hacer de ese un día inolvidable, todos los detalles, desde los adornos, la comida, la música, los pisos y hasta el aroma de las cortinas, todo debía ser perfecto y la presión le provocó un severo dolor de cabeza a Erin. Y entre los primeros invitados que llegaron a la fiesta se encontraba un hombre que había dudado demasiado en dar ese paso, Joseph Jenkins entendía el rechazo, Erin no lo amaba y en su lugar desposó a un artista, lo entendía y ya lo había aceptado, pero al ver a la mujer que imaginó como su futura esposa de pie recargada sobre el barandal sintió una punzada e