– Acababa de tener un aborto y no deseaba salir de la mansión, veía los rostros de las personas y pensaba que estaban hablando de mí, ¡la esposa que no podía darle un hijo al marqués!, soñé con sus rumores y deseé lanzar los platos contra todos ellos – dijo Emma con una copa de vino en la mano. Elena sonrió al imaginar a la duquesa descargando su rabia contra la cerámica fina. – Joseph me obligó a ir al museo, me contó la historia detrás de cada pintura, cada escultura y dijo que podía vivir sin hijos, pero no podía vivir viéndome sufrir – musitó y su voz fue perdiendo tono – después del décimo cumpleaños de Charles, lo llevamos al mismo museo, se veía tan aburrido, lo perdí de vista un segundo y él desapareció, Joseph puso a todos los guardias a buscarlo, fue un escándalo porque no era