Una semana de que pasaron todo los problemas con respecto al tema de los hermanos Black, Artemisa se encontraba siguiendo a su padre para poder hacerlo entender que todo estaba bien para que ella pudiera salir y regresar a su trabajo sin ningún problema que pudiera afectarla. — Papá por favor, no me puedes dejar encerrada en esta casa, acuérdate que debo de salir, no puedo quedarme aquí — Se cruzó de brazos y bufó — Llevamos cuatro días así y te juro que seguiré hasta que me des las llaves de mi coche o mi caballo. — No te voy a dar ninguno de los dos. Necesito hablar con la familia Black sobre este tema y es todo lo que te diré — Sentenció — No pienso ponerte en peligro y mucho menos ahorita. — Pero no me vas a poner en peligro, te juro que no me va a pasar absolutamente nada — Negó

