— Creo que la que debe de disfrutar eres tú — La señaló con su mano derecha — Así que relájate y regresa con tu sombra para que las dos estén tranquilas y dejen de molestarnos. — No entiendo por qué los gemelos dejaron que vinieras a la casa con nosotros — Bufó — Necesitan separarse un poco de Artemisa para que vuelvan a pensar con la cabeza. — La que debería de ocupar su cabecita para pensar eres tú — Le sonrió de forma hipócrita — Te recuerdo que nadie te invitó a estar aquí, así que mejor deberías de disfrutar de tu mentira. — Yo tengo mucho más derecho de estar aquí — Se defendió — Yo sí los conozco desde que somos pequeños, mientras que tú eres una agregada de una persona que se fue. — Si te arde mucho que Artemisa llegó a quitarles toda la atención que los gemelos les daban,

