— ¿De qué carretera está hablando Atenea? — Se separó de una forma un tanto incómoda de ella para poder estar a la par de Ares — ¿Qué es lo que has hecho con este lugar Ares? — Más de lo que nuestro padre y tú hubieran hecho — Su sonrisa se borró por completo a un semblante completamente serio — Así que deberías de darme las gracias por cuidar el viñedo de nuestra madre. — Ni te atrevas a nombrarla — Alzó su mano derecha y lo señaló — No tienes el derecho de hacerlo Ares — El gemelo entrecerró sus ojos de forma desconcentrada. — ¿Y por qué no debería de hacerlo? Te recuerdo que aunque compartimos a la misma madre, yo estuve mucho más cerca de ella que tú — Lo acusó — Así que ilumíname. — No necesito iluminarte nada idiota — Lo miró de arriba a abajo — Necesito que respetes las propieda

