Isabel
Todavía no podía creer todo lo que había sucedido en las últimas horas.
Ahora mismo me encontraba rodeada de mis seres queridos en la misma mesa de la misma cocina donde estuve hace casi 48 horas, de baja temporal en el hospital y bastante deprimida, intentando cocinar una pasta que por supuesto, tuvimos que tirar a la basura.
Desde entonces hasta ahora, habían aparecido las pruebas que buscábamos, habíamos logrado encarcelar a Roberto, Marco resultó herido y, además, tuve que volver al hospital para curarlo y para estar casi veinte horas en quirófano para salvar a Pablo, quien fue baleado de gravedad por un francotirador de la organización criminal con la que su padre se vinculaba.
Pero había algo que también había sucedido, y de lo que no había podido disfrutar sino hasta aho
