Isabel Había pasado ya una semana de que habíamos tenido que ser testigos de la payasada de la ejecución del testamento, donde se hizo un repaso natural de cómo no se había cumplido la cláusula impuesta por mi padre. El notario que había certificado el documento a su hora, fue muy claro… - Cumplido el plazo, Isabel, la hija legítima de don Vicente, no se ha casado y por lo tanto, no cumple con la cláusula. Y así fue como Roberto, mi padrino, recibió con una gran sonrisa y en compañía de su hijo Pablo, la noticia que había estado esperando toda su vida: era el heredero de todos los bienes de mi familia. y por supuesto que no quería perder tiempo. En ese mismo momento tomó posesión de todo lo que se detallaba en el testamento, incluida la casa de mi padre. Así que medio por su