- ¿Salió algo en los análisis? – le dije una vez que la vi más calmada, y aun con los ojos apretados, ella asintió - ¿Algo que podamos utilizar para acusar formalmente a alguien? - Lo envenenaron – incorporándose nuevamente, y mirando a un punto fijo en la pared - - ¿Qué dices? - De alguna manera le dieron arsénico, a diario. En cantidades ínfimas, y no fue de un día para el otro. Debe haber estado consumiendo eso sin saberlo al menos por tres meses antes de desarrollar los síntomas que me describiste – giró y me miró, mientras quitaba unas lágrimas de su rostro - - ¡No puedo creer que no me diera cuenta! – llevándome las manos al rostro, que nuevamente comenzaba a llenarse de lágrimas - - Tranquilo, le dijeron a todo el mundo que