Isabel Esa tarde estaba con Kate tomando algo en una terraza de Londres, cuando recibí un nuevo mensaje de Pablo. - Hermosa, me voy mañana de Londres, no puedo creer que no pueda verte después de haber venido hasta aquí. - Lo siento, Pablo, qué pena. Pero estoy de guardia. - ¿Y no podemos vernos allí en el hospital? No le contesté. No quería hacerlo. Pero sabía que no iba a dejar de intentarlo. - Sabes que no descansará, ¿no? – dijo Kate, riéndose, mientras tomaba un capuccino - - Lo sé – empecé a hacer unos gestos, y noté que ella se puso seria y negaba con la cabeza, pero le resté importancia - Pero créeme que sería la última persona en el mundo con la que “me casaría” por la bendita cláusula – dije, dibujando las comillas en el aire -