La caminata hasta el metro no fue nada revelante, no aclaro nada, al contrario le lleno más la cabeza con pensamientos a Sara.
Se cuestionaba todo, como su vida había dado un giro tan drástico, ahora era otra mujer, se había convertido en una mujer fuerte, formidable.
Johann le enviaba mensajes, para saber si ya había llegado, pero Sara se tomaba su tiempo, caminaba lentamente, sacaba su teléfono celular de vez en cuando para responderle, una vez más sonó.
— ¿Has llegado ya? — preguntaba él en su mensaje.
Sara sonrió, a veces él podía llegar a ser muy sobreprotector.
— Tal vez, si me dejarás dar un paso sin que alguno de tus mensajes llegue, habría llegado ya, pero no, no he llegado. — termino por responder.
En ese momento un hombre paso a su lado pegándole en el hombro y rapando
