- Los cité aquí porque tengo que decirles algo… (dijo Andrés, preocupado esa mañana) - ¡¡Habla!! ¿Qué pasa? - Amor… no seas ansioso… (traté de calmarlo besando sus mejillas, ignorando de que podría tratarse) - INTERPOL encontró a tu padre… (mi corazón palpitó a mil por hora. Tenía miedo… si él volvía a España…) pero… (lo interrumpí) - ¡¡No!! ¡¡Si vuelve a España estamos en peligro!!(gritando desesperada) - Amor, cálmate, no permitiré que nada les suceda ni a ti ni a mi hijo! (abrazándome) - Pero… - Sofía… tu padre no volverá! (mirándome fijamente) - ¿Lo dejan en Turquía? (con voz algo esperanzada)… - No… él… él está muerto…. (mirando al suelo) - ¿¿Qué?? (dijo Mateo al borde del llan