Mateo Se me estaba partiendo el alma. Cenaba porque tenía que hacerlo, para no sufrir el entrenamiento más de lo que mi cerebro me lo estaba haciendo sufrir. Juro por mi vida que me partía el alma tratarla así, pero no sabía como reaccionar. Sabía que la estaba lastimando a tres semanas del día más importante de su vida, pero no sabía que hacer, que decir… Ya hacía más de 24 horas de aquella llamada que me desestabilizó completamente, que me dejó en jaque. ¿¿Cómo se lo iba a decir a Sofía?? Tenía que darle alguna explicación, pero no sabía como hacerlo. Ni siquiera podía mirarla a los ojos… Me sentía como un patán. Me sentía como Javier… no la estaba golpeando pero la estaba torturando psicológicamente con mi silencio, con mi desinterés repentino. Pero no podía hacer otra cosa. No sab