Mateo
Cuando llegue a la casa, pensaba en ir directo a la habitación. Estaba cansado y no quería verla y pasar una y otra vez por la desesperación de no saber que decirle… había estado todo el día, luego den entrenamiento hablando con Pablo y con Martín, pero ellos no podían ayudarme. No si tampoco a ellos les decía que rayos era lo que estaba sucediendo… y no podía decírselos.
Estaba jugado a continuar debatiendo conmigo mismo que hacer.
Camino a mi nueva habitación, lo sentí… había vuelto a hacerlo. ¿Por qué? La estaba lastimando, lo sabía pero… ¿fumar? ¿De nuevo y de esa manera? Debía haber al menos diez colillas de cigarrillos por la sala y la cocina y ni rastros de ella. ¿A dónde había ido?
Fui a nuestra habitación, pero tampoco estaba allí. Me desesperé al llamar a su móvil y que
