No dijo nada… solo caminó, con los pasitos cortitos y algo torpes que comenzaba a dar… y yo fui atrás. Su papá seguía ahí… mirándome fijamente, en silencio. De pronto noté que Mateo sonreía y estábamos cada vez más cerca… y cuanto más cerca estaba, más lejos quedaba el jardín. Más noche se hacía. Si… era la primera vez en… no se cuanto tiempo, que dejaba de ver solamente la luz del sol. Junior me miró… lo miró a él y le entregó mi mano… nos miramos fijamente como tantas veces, todo parecía tan real… Mateo me tomó de la cintura, mientras colocaba su otra mano en una de mis mejillas y me miraba con esos ojitos color café que me enamoraron hace casi cuatro años... - Despierta, mi amor… (me decía con un tono muy dulce)… te necesito… Estaba confundida… ¿de qué hablaba Mateo?