Unos meses después mi proyecto ya estaba andando, Sebastián Miyazaki había cambiado su actitud, aunque me echaba sus miradas de vez en cuanto, preguntaba por mi salud y estaba al pendiente de nuestro proyecto en conjunto, pero por lo que había escuchado seguía en su búsqueda de la mujer perfecta para él, se trataba de una mujer independiente y enfocada, que lo necesitará pero al mismo tiempo que pudiera seguir sin él. Los últimos días Simons había ido a terapias con su psicólogo, había conseguido uno recomendado por sus padres, pues al parecer juraba que el de su hermano no había servido de mucho ya que aún no superaba sus traumas, tanto mi padre como los de Simons e incluso sus hermanos y sobrinos nos habíamos vuelto más cercanos, Víctor aún seguía en la ciudad al igual que Tere y su he