Llegue a casa en silla de ruedas, con un pie vendado y la otra pierna aún sin mucha movilidad, suspire abatida, Steven empujaba mi silla de ruedas como si yo fuera una total inútil, habíamos aceptado a la persona para mí cuidado, claramente él exigió que fuese una mujer y que tuviera idea del cuidado de personas con incapacidad para caminar, la mujer tenía idea, no era muy joven ni muy vieja, así que los dos estuvimos de acuerdo, solo que fue mi padre quien insistió en pagarle, Sebastián no tuvo de otra que aceptar, le pedí a Simons que se mudará conmigo hasta que mejorará, esperaba que eso no fuera una molestia para él.
— Prepararé algo de cenar... — dijo él al tiempo que acomodaba la silla en la sala y encendía la televisión. — te pondré esa novela que tanto te gusta ver, déjame ver, p
