Cuando desperté, me encontraba en una habitación desconocida. La luz era tenue y el aire estaba cargado de un silencio inquietante. Mi cabeza dolía intensamente y, al intentar moverme, sentí una punzada en el costado Recorrí con la mirada el lugar y, para mi sorpresa, vi a mi hermano en una silla, con el rostro tenso y preocupado. —Emma, gracias a Dios que despertaste —dijo con voz temblorosa—. Te desmayaste después de lo que pasó. —¿Qué pasó? —pregunté, tratando de recordar, pero solo venían a mi mente imágenes borrosas de Noah y Rodney —Te enteraste de la verdad, y por eso te desmayaste. —Deseo acabar con él —susurró Romy, visiblemente irritada—. Ya sabía que ese tipo haría algo así. —Romy —advirtió mamá, con tono de reprimenda. —¿Vas a pegarle de nuevo? —inquirió Romy, con una ch