Algunos guardias llegaron hasta los aposentos de la reina, ella estaba tumbada en la cama con un rostro pálido y un humor insoportable. —Quiero a esa mujer muert*a, quiero que la castiguen y la hagan confesar, ella me lanzó una maldición y he perdido al heredero de la corona por su culpa, ¡Quiero que la castiguen ahora, castiguen a Morga y mate*n a sus bastardos!. Los guardias se miraron los unos a los otros, ella era la reina y tenían que seguir sus órdenes, caminaron hasta la habitación donde se quedaba Morgan y para sorpresa de todos, ella estaba en el pasillo platicando con el rey y sujetando su vestido de la parte frontal. —¿Qué hacen ellos aquí?—Preguntó ella al verlos. Sirhan siguió la mirada de Morgan y miró a los guardias de Tanya. —¿Qué hacen?. Uno de ellos hizo una reveren