Todo estaba en silencio, ninguno de los presentes daba crédito a lo que acababa de ocurrir.
—Me has humillado, y no te permito que lo hagas más, no serás mi rey nunca, no soy una loba, soy Morgan y soy humana, así que…si vas a llevarme a la horca, hazlo de una vez, porque de ahora en adelante yo…yo…¡Te odio!.
Los murmullos no se hicieron esperar, a pesar de toda la conmoción, Sirhan no se veía enojado, realmente no lo estaba, ninguna mujer lo había confrontado de ese modo, ninguna mujer parecía un reto para él, hasta que llegó ella, se sentía excitado, su virilidad palpitaba, y su sangre se sentía mas caliente de lo habitual.
Miró a su alrededor, no quería quedar expuesto, era mejor mantener aquella situación en la intimidad.
—Tráiganla— ordenó.
Morgan gritaba mientras era arrastrada
