Desperté de golpe asustada y preocupada de que fuese tarde, ¿Cómo me pude quedar dormida? Nadia me necesitaba. Puse mi mano en la mesa que se encontraba a mi derecha, trate de levantarme despacio pero me era imposible teniendo tantos aparatos conectados a mí. Cerré los ojos y arranque las agujas que me perforaban las manos y me senté en la orilla de aquella camilla, busque en uno de los cajones de la mesa y ahí estaba lo que buscaba mi teléfono celular, escribí el código de bloqueo y pude notar que eran las 11:30 en 30 minutos mi amiga Nadia estaría sufriendo el dolor de su primera transformación. Caminé despacio hasta la puerta tratando de no tocar nada para no llamar la atención de ningún doctor o enfermero que se encontrará cerca. – ¿Bluee? – escuché a una voz masculina susurrar y me