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Sebastián
Desde que salí de la casa no he parado de sonreír, Sally de alguna manera tan especial me hizo sentir una increíble paz, la cual no tuve en cinco años de mi vida con Anelisse, no es que quiera comparar mi vida con la reciente llegada de Sally, pero es que estaba tan concentrado en buscar en que estaba fallando yo que no me di cuenta de que en realidad nunca fallé.
La noche que pasé con Sally, la segunda, fue incluso más especial que la primera. Su risa me hace sentir tan tranquilo, tan feliz, pero también me hace sentir tanto miedo, ¿Qué tal si ella no siente esta conexión? ¿Y si solo este sentimiento es mío? ¿Qué pasaría si Sally solo ve en mi a ese hombre herido que necesita de ella?
—Señor Ferrer, tenemos un problema. –anuncia unos de los chicos de sistema
