Lía tiene todo el cuello lleno de hematomas y puedo ver algún que otro dedo de Nick señalado en él. No ha salido de casa y luce pálida. Dudo que haya podido dormir y la entiendo. Está preocupada por él, yo también. Nick es muy cabezota y pedir ayuda no es lo suyo. Nick Dahms jamás pide ayuda, aunque esté al borde de un acantilado. Lía no ha probado bocado del desayuno y James la mira desde la pequeña cocina con los brazos cruzados. Hago una mueca y suspiro pesadamente. — Si no te lo comes tú me lo voy a comer yo. Ella me acerca el plato y ruedo los ojos. — ¿Y si llamamos a su madre? —Sugiere. — No creo que sea una buena idea. Nick no habrá recurrido a ella y llamarla sería preocuparla. — Está mal. — Lo sé, y pronto dará señales de vida. Ten fe. — ¿Fe? —Alza una de sus ce

