(Al día siguiente) Abro mis ojos y me encuentro completamente desorientada, definitivamente me siento mucho mejor que ayer, pero no tanto como para salirme de la cama, aún me pesa mucho la cabeza y me siento bastante débil. Busco a mi alrededor algún rastro suyo, pero no veo a Alex por ninguna parte. Estiro mi brazo hacia la mesita de noche, tanteo hasta encontrar mi celular y al ver la hora me sorprendo — ¿Nueve de la mañana? Vaya que he dormido. — Comento en voz alta y vuelvo a dejar el celular donde estaba para volver a acomodarme en la cama abrazando la almohada. —Debería levantarme a desayunar. — Me digo, pero mi desgano me gana, mejor me quedo aquí. —Buongiorno.— Escucho decirle a él y al voltear a ver hacia la puerta de la habitación, le veo entrando con una enorme bandeja llena d