Yael Lennox Tiro con fuerza del cabello de Kendall para obligarlo a mirarme a los ojos. Sus pupilas arden con un brillo extraño, uno que me resulta insoportable de ver, como si en ellas pudiera encontrarme a mí mismo reflejado en una versión corrompida, yo era unido a él. Tiene una cortada profunda en la ceja, consecuencia de los golpes anteriores; de la herida gotea sangre espesa que baja lentamente por su rostro, y pese a ello, Ilan se ha negado a tratarlo. No sé si es castigo, desprecio o ambas cosas. Lo único que sé es que esa mirada suya está cargada de rabia y resentimiento, un resentimiento que amenaza con desbordarse en cualquier momento aún más. Es lo más cínico qué he visto de su parte. — ¿En qué te has convertido, carajo? — le pregunto con dureza, esperando que su respuesta