Fadyx Mayken — Helena, puedes quedarte con nosotros un tiempo si te sientes más segura — aseguró, dirigiendo una breve pero significativa mirada a Mael, quien permanecía sentado en el sofá individual, con el ceño fruncido y la mirada fija en el suelo, mientras Ilan se ocupaba de curar sus heridas con paciencia. Helena, sin embargo, se ha negado rotundamente a hablar con sus hijos desde que todo ocurrió. Fue una noche larga, interminable, cuando todos se marcharon y ella no dejó de llorar. Entre sollozos, repetía una y otra vez que temía que algo me hubiera pasado a mí o a los bebés. Esa angustia, reflejada en sus ojos, aún parece apretar su pecho. — Gracias por el ofrecimiento, pero estoy bien. Odell, Obelix, Eudor y Keven me cuidan; Octave, Nolan y Dymas están controlando a Kenan… solo