SELENE…
- Hija – dice mi padre haciendo que me vuelva a verlo - ¿me quieres explicar? – pregunta molesto, respiro profundamente. Hace un momento me padre me encontró en una situación muy comprometedora con Amaris por lo que entiendo su molestia.
- No es lo que piensas – digo tomándolo del brazo – tengo algo que decirles y lo mejor será que nos vayamos – asiente con la cabeza a lo que yo le doy un beso en la mejilla llegando al salón donde caminamos hasta mi madre y hermano.
Aprovechando que mis padres se despiden de algunos conocidos, voy hasta mi bolso tomando una tarjeta de presentación, veo que uno de los meseros pasa junto a mí y lo detengo.
- ¿podrías hacerme un favor? – pregunto a lo que asiente con la cabeza observándome. – le entregas esto al señor Amaris Sinclair – le entrego la tarjeta y algunos billetes - ¿sabes quién es?
- Si señorita – habla a lo que yo asiento con la cabeza.
- Gracias – le sonrió antes de volver con mi familia despidiéndonos de las personas que estaban con ellos en la mesa. Salimos los cuatro del salón caminando a la entrada donde nos subimos a los autos tal como llegamos.
- Mira esto – digo a mi hermano mostrándole la foto que le tome a Connor follandose a esa mujer en la gala. Necesitaba una prueba en caso de que se oponga a la cancelación de la boda.
- Hijo de puta – dice Balder molesto, pero yo lo abrazo por los hombros besando su mejilla.
- No pasa nada – digo poniendo mi mentón en su hombro observándolo y él a mí. – papá está molesto, porque me encontró en una situación algo comprometedora con Amaris Sinclair
- ¿Sinclair? – abre los ojos como platos - ¿el magnate de los diamantes? – asiento con la cabeza - ¿lo conoces?
- Algo así – sonrió a lo que él besa mi frente – hoy me di cuenta de algo.
- ¿Que Connor es un imbécil? – estallo en una sonora carcajada.
- En que iba a cometer un gran error – respondo a lo que él asiente con la cabeza.
- Eso ya lo sabía – responde mi hermano sonriendo – mereces un hombre que te vea como lo más valioso en su vida…
- Tengo dos – digo haciéndolo reír mientras niega con la cabeza. Dejamos de lado el tema y hablamos de trivialidades hasta que llegamos al edificio donde bajamos antes que nuestros padres yendo hasta el auto donde ellos vienen abriendo la puerta.
Cuando ellos bajan veo que mi madre tiene el premio en sus manos y al verme sonríe orgullosa. La abrazo por los hombros mientras caminamos al interior del edificio.
- ¿Amaris Sinclair? – pregunta traviesa a lo que yo me vuelvo a ver a mi padre que se encoje de hombros. Niego con la cabeza sonriendo al recordar que entre ellos no hay secretos.
- No es lo que piensan – digo entrando al ascensor observándolos.
- ¿Dónde está Connor? – pregunta mi padre observándome a través del espejo frente a nosotros.
- Justo de eso quiero hablarles – digo mientras Balder me extiende mi celular y yo les enseño la foto a mis padres – voy a cancelar la boda.
- ¿Cuándo fue? – pregunta mi padre viendo la foto.
- En la gala – respondo al tiempo que las puertas del ascensor se abren.
Entramos al apartamento viendo a Mia mi asistente esperándonos sentada en una de las sillas frente a la barra del desayuno.
- ¿Por qué no estas descansando? – pregunto yendo hasta la cocina por una botella de agua.
- Estoy adelantando algunos asuntos para cuando este de luna de miel – responde ella haciéndome sonreír. Mia es una excelente asistente, siempre se adelanta a mis necesidades, es muy discreta y atenta. Cuando la contrate acaba de graduarse y ahora simplemente me hace la vida más fácil. Mis padres la adoran por lo que siempre están pendientes de ella a modo de agradecimiento por cuidar de mí.
- No habrá boda – digo recostándome en la barra de desayuno – ve a descansar, cuando amanezca tendremos un día muy movido.
- Ve a descansar – dice mi madre a lo que Mia cierra el portátil poniéndose de pie para ir a su habitación dejándonos solos.
- ¿estás bien amor? – pregunta mi medre mientras vamos hasta el salón donde están mi padre y hermano sentados. Me dejo caer en el sofá junto a mi padre que me abraza y besa en la cien.
- Si, esa incómoda situación esclareció muchas cosas – respondo observándolos – lo que sucedió en lugar de dolerme u ofenderme, sentí un gran alivio. Estaba con Connor por comodidad y esto me hizo darme cuenta que no siento nada por él.
- No tienes que pretender ser fuerte, siempre vamos a apoyarte en cualquier decisión que tomes – dice mi padre a lo que yo sonrió.
- Te juro que no me estoy haciendo la fuerte - digo observándolo a los ojos – lo que sucedió solo me abrió los ojos y me hizo darme cuenta la clase de hombre que quiero a mi lado.
- ¿Amaris Sinclair? – pregunta mi madre observándome traviesa.
- Mamá – digo sonrojándome a lo que ellos sonríen, mientras los observo sé que soy realmente afortunada.
A la mañana siguiente me levanto caminado hasta el cuarto de baño donde me lavo el rostro y los dientes antes de cambiarme el pijama por ropa de deporte, me ato el cabello antes de salir a correr.
Escucho la música mientras corro manteniendo mi mente en blanco como lo hago todas las mañanas, amo este momento del día porque es algo que siempre hago sin importar donde este. De repente veo algo que me hace detener de inmediato, frente a mí se encuentra Amaris vestido muy similar a mí y con dos vasos de café en su mano. Sonrió quitándome los audífonos dándole toda mi atención.
- ¿me estas siguiendo? – pregunto viendo que me extiende uno de los vasos.
- Te juro que fue una casualidad – dice sonriendo de una forma que me deja sin aliento. – me gusta trotar antes de ir al trabajo.
- Demasiada casualidad – digo mientras comenzamos a caminar.
- Vivo cerca, por lo que vengo aquí cada mañana y hoy cuando llegué te vi – me vuelvo a verlo – y pensé. Hoy es mi día de suerte…