Con mi vaso de vodka, voy a la habitación que ocupa Chiara y doy con mis nudillos en la puerta de madera. Entro y ella está en la cama con unos libros abiertos. — ¿Qué haces? —Quiero saber. — Estudiando ruso. Algo se conmueve en mi interior pero aparto la sensación. Entro en la habitación y le tiendo el vaso para que le de un trago. Ella mira el vaso y después me mira a mí. Sus finos dedos lo cogen y lo lleva a su boca para darle un trago. — ¿Cómo lo llevas? — Lo llevo. — ¿Quieres que te ayude en algo? — Bueno, ¿has visto los dibujos de Doraemon, el gato cósmico? Alzo una ceja y me siento en el borde de la cama, quitándole el vaso de sus manos para darle un pequeño sorbo. — No, no o he visto. — Es un gato sin orejas que tiene un bolsillo mágico