Chiara está de vuelta al trabajo y ya me ha dejado claro que está bien porque he insistido en que no tiene que volver todavía si no quiere. “No puedo estar todo el día tirada en el sofá leyendo, Mark”. Y la verdad es que podría estarlo si quisiera, pero entiendo que llegue el punto en el que se aburra. “Lo que quieres es tenerme cerca” Le había dicho yo, y ella, había puesto sus ojos en blanco mientras una pequeña sonrisa asomaba por sus labios. Me monto en el ascensor después de una reunión de la junta directiva donde he presentado a Masha como nueva en el equipo, sustituyendo a su padre. Ella había sonreído a todos los presentes y había pronunciado unas palabras. Chiara estaba allí, en una esquina, viéndolo todo. Me pregunto cómo lo hace para no expresar ninguna emoción, aunque ella di

