Mía Intento mantener un poco la compostura, lo poco que me pueda quedar de orgullo, pero en cuanto salimos a la calle y torcemos la esquina me derrumbo. Volver a tenerlo delante de mí es demasiado. Quiero meter en mis pulmones más aire del que me dejan. Cada vez respiro más rápido, coloco la mano sobre mi pecho y aprieto intentando que normalice la subida y la bajada descontrolada de oxígeno. Sé lo que es un ataque de ansiedad, durante este año he sufrido muchos, la mayor parte de ellos al principio, pero también pensaba que lo tenía superado. - Agachate vamos - Tom coloca sus manos sobre mis hombros ayudándome a inclinarme. Me siento en un bordillo y meto la cabeza entre las piernas. - Respira despacio, cuenta conmigo como te enseñé, venga Mía. No puedo dejar de sentir la presi