Al recibir la gran noticia, James se desconectó por un instante. Fue como si su alma se hubiera refugiado muy dentro de su ser, sin mostrar ninguna reacción o expresión en su rostro. Solo estaba inerte con la mirada puesta en la nada. Sara se preocupó mucho con la ausencia de James, pero James fue recuperando poco a poco el plano real.
― ¡James! ¿James? ¿Me escuchas? ¿James? ¿Estás bien? ¡Di algo! ―Gritaba Sara, mientras manejaba y a la vez veía que James no respondía ni reaccionaba. Pero de pronto, la voz de Sara comenzó a entrar en su consciencia y James volvió.
―¿Eh?... ¿Hmm? ... Eh... Lo siento... No sé qué decir... Esta noticia me toma por sorpresa... ―dijo James, mientras todavía pensaba.
―Escucha... Yo quiero que estés bien con todo esto... que estés bien con nuestra relación, co
