Shelly no preguntó nada acerca de por qué estaban en otro apartamento, y Michael tenía temor de decirle la verdad. Por eso, en caso de que Shelly no pidiera explicaciones, él tampoco se las daría. Subieron unas cortas escaleras que se encontraban detrás del estacionamiento y llegaron de inmediato a la entrada del apartamento. Michael sacó las llaves del lugar, abrió aquella puerta de cristal reflejante y entró para encender las luces internas. Después esperó a que Shelly entrara. A Shelly no le impresionó aquél lugar. Bueno, en realidad estaba tan entrada en su dolor que nada podía impresionarla por ahora. Además, el apartamento de James estaba lejos de lucir acogedor. Las paredes, a pesar de ser blancas, lucían grises y vacías. Algunos cuadros decorativos de James presentaban escenas