23.

1436 Palabras

Una vez que Tiziano y yo entramos a la oficina, cierro la puerta detrás de nosotros y con algo de dificultad, muevo una de las sillas para que él se siente, pero Tiziano intercede y la mueve para sentarse en ella y yo también me siento, pero del otro lado de mi escritorio —dime por favor que encontraste algo— le pido y la manera que me sonríe me deja claro que si lo ha hecho. —No es mucho, pero definitivamente es mejor que nada— me dice y saca el celular de su bolsillo —tal y como me pidió, hablé con el dueño del bar e hice lo mismo con los dueños de unos locales que estaban alrededor y que también tienen cámaras de seguridad hacia el área del bar y donde habíamos estacionado el auto— explica. —¿Te dieron las grabaciones de esa noche? — averiguo. —Lamentablemente no, pero me permitieron

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR