(Al dia siguiente) Tal y como me había dicho mi esposa ayer, el medico se ha apiadado de mi y me dio el alta para que pudiera regresar a mi hogar, de acuerdo, tal vez estoy exagerando, pero es que, en estos momentos, cada instante que paso lejos de mi familia es uno en que no los puedo cuidar —¡papi! — es lo primero que escucho al cruzar la puerta y mi pequeño se echa a correr hacia mi tal y como si hubieran pasado meses que no nos veíamos, y si, la verdad es que se ha sentido de esta manera, pero no era conveniente que estando recuperándose de anginas, viniera a verme al hospital. —¡Campeón, te he extrañado muchísimo! — le digo y tengo toda la intensión del mundo de agacharme para quedar a su altura, pero no hay musculo de mi cuerpo que no me duela en estos momentos. —Amor, ve a senta