Primeras Impresiones
Llegamos a la ciudad y todo es magnífico, los altos edificios resplandecientes y la agitada vida es lo que necesito, volver a sentirme como en casa… Solo espero que mi familia se sepa comportar a la altura de la situación y no me avergüence.
Llegamos a nuestro pequeño y acogedor departamento, que está a solo unas cuantas cuadras del campus y nos bajamos juntos a conocerlo, subimos los tres pisos por las escaleras.
«Primera falla, no hay ascensor», pienso y dejo escapar un largo y cansado suspiro. Luego del viaje estoy sumamente agotada, y siento mis articulaciones aún tensionadas, alertando que necesito un buen descanso. Lástima que no cuento con el tiempo para ello.
Mi padre abre emocionado la puerta y nos muestra el pequeño apartamento que será nuestro nuevo hoga
