El Gran engaño

CAPÍTULO 9: La idea

Registrada en SAFE CREATIVE 

Bajo el código: 2110259628684

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

¿Cómo había pasado una simple asistente a novia de Can Marín? Esa fue la pregunta que se hizo Sira cuando escuchó de los labios del actor que él estaba enamorado de ella. No lo podía creer, ¿qué es lo que estaba tramando ese hombre?, ¿a caso quería ponerla en ridículo?

Sira corrió hacia el baño del edificio y se encerró en uno de los cubículos esperando desaparecer. Pensó que Can Marín era un hombre al menos lúcido, pero al parecer se había equivocado. Estaba loco, su ego lo había llevado a decir la mentira más grande del mundo en público y ratificándolo dos veces más.

―No puedo creer que haya hecho esto, de verdad que no puedo ― murmuró mientras se encontraba sentada sobre el W.C y las manos sobre el rostro cubriéndolo.

Su móvil sonó haciendo que ella diera un leve salto y luego lo tomara de sul bolso. El nombre de Can Marín apareció en la pantalla. No lo respondió, sólo escuchó en tono una y otra vez hasta que dejó de insistir. Momento después se escucho un leve ting, anunciando un mensaje.

CAN MARÍN

¿DÓNDE ESTÁS?

―No te voy a contestar. Estúpido y egocéntrico Can que sólo me quiere meter en problemas. Es más a partir de hoy te llamarás Can egocéntrico mentiroso Marín― dijo enojada mientras cambia el nombre en su móvil.

Ting

Volvió a sonar y ella vio la pantalla para ver que era otro mensaje de él.

CAN EGOCÉNTRICO MENTIROSO MARÍN

VAMOS SIRA, NECESITO HABLAR CONTIGO, NECESITO EXPLICARTE TODO.

SIRA ZAS

¿QUÉ ME VAS A EXPLICAR?, ¿QUÉ ERES UN IDIOTA MENTIROSO?

Respondió muy molesta y mientras escribía leyó el mensaje an alto.

CAN EGOCÉNTRICO MENTIROSO MARÍN

TE JURO QUE TODO TIENE UNA EXPLICACIÓN, VENGA, DIME DÓNDE ESTÁS.

―Todo tiene una explicación― arremedó Sira a Can para luego contestarle.

SIRA ZAS

MIRA, TÚ Y YO NO TENEMOS NADA QUE HABLAR. ASÍ QUE APROVECHO PARA DECIRTE QUE…

En eso escuchó que alguien entraba al baño, para sentar en los espacios que había entre los lavamanos y escuchó su nombre.

―Sé que estas aquí Sira ― le dijo Can ― todo el mundo vio que entraste al baño.

―¿Entonces para qué preguntabas que dónde estaba?

―Porque no quería verte en el baño, pero ahora no me queda de otra. Venga, necesito hablar contigo y explicarte todo.

―No hay nada que explicar Can Marín. No sé que mosco te picó o qué drogas estés usando pero lo que dijiste es una reverenda tontería, ¡cómo se te ocurrió!, ¡en qué estabas pensando! ― le reclamó la asistente.

―¡En ti!, ¡en mi!, principalmente en mí pero te juro que tiene todo una razón y un porque. Te puedo asegurar Sira Zas que es la mejor idea que he hecho en mi vida, ese y el no haber hecho ese comercial para el mal aliento.

Sira suspiró profundo, cerró los ojos y se quedó en silencio para no salir corriendo de ese cubículo y matarlo con sus propias manos. El celular volvió a sonar y al ver el nombre de Can en un nuevo mensaje lo abrió.

CAN EGOCÉNTRICO MENTIROSO MARÍN

SI ME DAS DIEZ MINUTOS, TE JURO QUE ENTENDERÁS TODO XD



―La X y la D forman una carita ―habló en alto y Sira sólo negó con la cabeza.

―Habla, pero tienes diez minutos, si no tendrás que salir y decirles a todos que es una vil mentira lo que dijiste.

―¡Hecho! ― habló él seguro, luego se puso de pie y momentos después apareció su cabeza en arriba del cubículo de Sira.

―¿Qué demonios? ― preguntó ella asustada al voltear a verlo.

―Lo siento, no me gusta hablar con la gente sin verla a los ojos y como no quieres abrir la puerta pues es mi opción número dos. En fin. Qué bueno que estás sentada porque con esta idea vas a querer estar parada para saltar de felicidad.

―Can, habla, se me acaba la paciencia.

―OK. OK, bueno no sé si sepas pero yo tuve un pequeño problemita hace tiempo atrás, se hizo viral y así.

―Todos los saben Can, pero eres inocente― repitió Sira al recodar que Omar le había dicho que en verdad su artista lo era.

―Lo sé, pero la gente allá afuera no. Así que ayer, mientras me veía frente al espejo me acordé de ti y lo que había pasado con Sara Alemán y dije, creo que puedo ayudarla.

―¿Viéndote frente al espejo te acordaste de mi? ― preguntó ella extrañada.

―Estaba en bóxers, en esos que me trajiste de la lavandería.

―Dios― murmuró Sira rendida.

―En fin. También recordé en todas las películas que hecho y me percaté que había similitudes entre varias unas que yo de verdad soy guapo y dos que el amor lo puede todo. Así que me vino a la mente, ¿por qué no decir que soy un hombre nuevo gracias al amor?

―Y, ¿se te ocurrió involucrarme? ― preguntó Sira enojada.

―Sí, porque tú tienes el personaje perfecto para mí. Eres mi consejera número uno, la persona que siempre está mi lado, la que me ha visto casi desnudo, eres suertuda, y no estás tan mal, eres bonita. Así que si tú y yo fingimos que somos novios y que has cambiado la vida porque eres una buena mujer, limpiamos mi imagen y ambos podemos salir beneficiados.

―Y, ¿cuál es mi beneficio?

―Fácil, ser la novia de Can Marín.

Sira se levantó del W.C y abrió la puerta del cubículo― es la peor idea que he oído en la vida Can, ¿cómo se te ocurrió que algo así pudiese funcionar?

Es la mejor idea que has tenido Can.

Se escuchó afuera del baño la voz de Omar aprobándolo. Al parecer, la única que no sabía este plan era ella.

―Debes acabar esto antes de que empiece, si no te juro que renuncio en este momento.

Can salió del otro cubículo y evitó que Sira saliera por la puerta del baño bloqueando la puerta con su cuerpo ― también te conviene a ti por Sara Alemán.

―¿Qué?, ¿qué tiene que ver Sara en todo esto?

―Morirá de envidia al saber que su ex asistente y la amiga que piensa que es nadie, es novio de una persona como yo.

Sira raspó la garganta tratando de no reír sin embargo, después de unos momentos lo hizo a carcajadas en frente del guapo actor que no entendía lo que pasaba.

―¿Morir de envidia?, vamos Can, sé realista. Digo, eres muy guapo y sí tienes un cuerpo de lujo.

―Gracias.

―Pero Sara Alemán no morirá de envía por eso.

―Claro que sí― Can tomó a Sira de los hombros y le obligó a qu ele viera a los ojos ― Sara te envidia. Lo vi en sus ojos el día que nos la encontramos en el set. También está temerosa porque sabe que puedes llegar más lejos que ella y que está perdida sin ti. Tú, lograste que esa mujer sin talento alguno fuera lo que es hoy y le aterra pensar que puedas decirlo a otros o que puedas superarla. Si sigues este plan conmigo, si me sigues la corriente, podrás vengarte de ella un poquito, quitarle un poco de brillo a ese cabello rubio que es evidente que no es natural y por un momento opacarla. Imagínate, si lo hacemos bien, ambos saldremos en primera plana, iremos juntos a presentaciones y premios. Tú, Sira Zas, la asistente que Sara Alemán dejo ir, ahora sale con una de las estrellas más grandes de Hollywood, mientras yo le demuestro al mundo que he cambiado por amor, por ti, por este gran plan.

Sira lo vio a los ojos fijamente. No supo que tenía Can Marín pero en ese momento le creyó cada palabra que le dijo. De pronto, lo que él le comentaba ya no era una locura, si no un plan que podría funcionar. Tan sólo imaginarse a Sara Alemán muerta de envidia y a Gustav sin saber como controlarla, le hizo sonreír.

―Haremos que Sara Alemán te ruegue que vuelvas a ser su amiga, es más… te pedirá perdón por lo que te hizo, te lo juro― finalizó Can.

―¿En serio quieres hacer esto?

―Sí, por qué no, uno ya lo anuncié en público y Can Marín no se arrepiente de lo que dice y dos, eres la única que me soporta y la verdad ya me caes bien. Además Omar piensa que es una buena idea.

Lo es, la mejor de las ideas.

Sira miró a Can de nuevo y negó con la cabeza ― Dios, no sé si es la peor o la mejor de las ideas.

―Es la mejor. Mañana saldrá en primera plana esta noticia, Sara la verá y enfurecerá y mis fans dirán “awwwwww Can” ― las imita.

Sara sonrió levemente y luego se río ― sólo lo acepto porque ya lo dijiste y porque honestamente no creo encontrar otro trabajo de aquí a mañana.

―¡Excelente!, eso me basta― respondió Can y la tomó de la mano― ahora Sira, démosle el mejor show de sus vidas― pronunció emocionado para después salir del lugar.