-Basta, deberias irte. -dije mientras la alejaba de mi, esto de las emociones humanas no eran nada de mi agrado y aunque las sentias, estaba luchando con ellos para evitar que me dominen, siempre considerer que habian sido un mal regalo de mi padre, para los mortales, despues de todo, era la raiz de todo los males, pero al mismo tiempo era gradioso no sentirse hueco.
- Demasiada gentileza. -dice riendo ante lo que acababa de decir. -No te acostumbre a esto, si. -advirtio esta vez ella en tono, sabia muy bien a lo que se referia, tenia miedo de que prefiriera la humanidad.
-Ya es hora de que regrese con tu humano. -dije dando por terminada nuestra conversacion.
- Aidan, tengo muy claras cuales son mis deberes, lo que me preocupa es que no tengas claro los tuyos.
- Me han enviado aqui, mas bien me han desterrado, estoy mas que convencido, que no....-Me interrumpio.
-Aidan, tus intenciones fueron buenas y estoy segura de que esto, solo es una pequeña penitencia de nuestro padre.
-Han pasado 50 años, tu padre. -dije esta vez, mientras me empezaba a alterar.
- Luces, de mi misma edad para... -empezo a decir para callarse abruptamente, ante mi cara que continuaba seria. -Vendre a verte pronto. -dijo para luego simplemente desvanecerse. 
-Nuestro padre, los padres no actuan asi. - dice una voz de la nada, ya sabia aquien pertenecia. 
-A que vienes ahora? -dije fastiado ante su presencia. -Antes de que empieces, no me interesa ninguna clase de trato y mucho menos trabajo. -dije mientras terminaba de vestirme. 
- Estaba de pasada cuando, woww senti una presencia interesante aqui. -dice con una sonrisa ladina. -con que tu hermana, esto si que es interesante. 
- En estos momentos no estoy de humor para tus preguntas tontas y tus juegos mentales. -dijo para salir de la habitacion y trancar a esta de un portazo.
En esto momento no me encontraba de humor y solo podia lidear con ello de una manera, tome el yavero de la mesa y me diriji a la salida, mientras me percataba de que la mortal continuaba encerrada en su habitacion aun, necesitaba tomar aire, salir de aqui, una vez estuve fuera me subi a mi auto y conduje sin direccion alguna. 
Narrador    san Lucas 15, 1-10
En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión. «O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
Malia
Tras haber permanecido varias horas en la habitacion esperando que se calmen las cosas, decido salir, abro la puerta de la habitacion con sumo cuidado de no hacer ruido alguno, al confirmar que no habia nadie cerca, me muevo de puntillas a la cocina, estaba muriendo de hambre y necesitaba comer algo lo mas rapido posible, echo un vistazo a la nevera en busca de algo rapido para comer, pero no encuentro nada que sea rapido de preparar, es cuando encuentro unas barras, no eran mias eso era seguro era de el, negue con mi cabeza ante la posibilidad y la idea, moria de hambre pero no se, si estaba dispuesta a morir luego a manos del diablillo, por tocas sus cosas, cerre la nevera de un portazo y me concentre de nuevo, en que podia ser que fuera rapido. 
No puede evitar mirar nuevamente hacia la nevera, y senti mi diablillo interior hablarme a grito, tomalo necesitas y quieres comer, pero una parte de mi era consciente de los problemas que podria causarme eso, en dado caso o como lo veia estaba postegarndo mi muerte inminente si lo tomaba, aunque era solo una pequeña barra, quizas ni se diera cuenta de tantas que le quedarian, me abofie mentalmente antes mis ideas. 
Etha 
La observe debatirse entre aquella idea que era parte ensecial de los humanos, en su diario vivir, que era lo correcto era dos grandes vertientes que parecian sencilla y simples, pero eran parte de un eje mucho mas grandes, para determinar lo que es lo correcto, hay que observar una situación desde muchos puntos de vista, lo correcto va relacionado con lo justo, transparencia, verdad, la acción que no tenga ningún efecto negativo contra una persona o un grupo; lo incorrecto sería todo lo contrario.
En este caso, quizas este bien que la tome y se lo comunique, pero jamas sabes que considera correcto o valido la otra persona, ¿seguiria siendo justo correcta, mi eleccion auque los demas consideren que no?, viendolo desde ese punto de vista, se complica las cosas, porque jamas todos estaran de acuerdo, ya que hay ciento de determinante que van a influeciar en esto.
- Quizas sea mejor que vaya al puesto de la esquina por comida rapida, antes de que digas algo, no tenemos muchos dinero pero, sera mejor que morir de hambre. -musito en voz alta, mientras se dirigia a la habitacion por algo de ropa, para salir a toda prisa.
- Juro que si no fuera, por el tiempo que duraria en prision, ahora mismo te mataria con mis propias manos. -dice Carla mientras la observa indiganda, hace dias que ambas no se comunicaban, ellas eran ese par de amigas, que podia pasar perfectamente un mes sin hablarse y luego continuar como si no pasase nada, las dos habian estado muy ocupadas, poniendose al dia.
- Te ahorrare la condena, estoy muriendo de hambre ahora. -dice para tomarla de la manos y llevarlas arrastras con ellas.
- Estoy muriendo lentamente, por que razon tuve que dejar las cosas para ultimo minuto. -dice mientras se quejaba.
- Recuerda nos junta la adrenalina. -dice Malia, mientras continuaban caminando.
- Llevo dos noches sin poder dormir mas de 5 horas, sabes lo que es eso, estoy muriendome del sueño ahora mismo, tuve que salir para terminar rendida en el escritorio. 
- Te entiendo estoy en la misma situacion, me odio a mi misma por hacerne esto.- dije mientras empujaba la puerta del local, para mi suelte no habia mucha suerte, me apresuro al mostrador. -Una hamburguesa. 
- Que sean dos, dos jugos naturales y papas.- dice para sacar el dinero de su bolso. -Yo, invito a cambio quiero algo. 
- Sabia que esa invitacion no podia ser limpian, viniendo de ti. 
- Me ofendes, en serio que si. -dice con exagerada indignacion, una vez nos sentamos empiezamos a devorar lo que teniamos en frentes, pasaron unos 5 minutos hasta que alguna de las dos solto una palabra. 
- Habia olvidado lo rica, que es la comida de la calle. -dije mientras cerraba los ojos desgustandola, generalmente no solia comer en la calle, ya que tenia problema con ello, desafortunadamente me habia maldito con un estomago delicado y tenia que limitarme todo el tiempo a comer cosas extrañas o comida de la calle, sin saber como habian sido preparadas. 
- Solo espero, que esto no te cause problemas, lo ultima vez fue una semana y unas 5 libras menos en una abrir y cerrar de esos.
- No, quiero ni pensar en ellos, siento que mi eestomago esta agradecido por no haberlo dejado morir de hambre. 
- Cuentame de tu compañero de apartamento. -me atragante, osea estaba escuchando mal.
- ¿Que? -digo trantando de asimilar lo que acababa de escuchar. 
- Ese chico de ojos misterioso y carisma.
- ¿Que?, estoy segura de que existe una gran diferencia entre ojos de asesino serial,o un escombito de la prision,  a aun ojos misteriosos, es que se te han gastado las neuronas con tantas tareas.
- Si, pensaras eso no estarias viviendo con el. 
- No tengo opcion al alguna, mi beca no da para cubrir mas gasto y creeme que duermo con un cuchillo debajo de mi almohada. -asegure.
- Malia, por favor.  -dijo esta vez, dandome a entender que no creia una sola palabra de lo que habia dicho. 
- No hare esto. -dije con evidente fastidio.
- Hicimos un trato.-dijo con voz chillona.
- Como te odio. -asegure mientras la fulminaba con la mirada.
- Se que me amas, en ese noble corazon tuyo, no hay espacio para el rencor, y inclusive ese misterioso chico sea mala, estoy segura qye esa cabecita tuya, buscaria la forma de ver algo bueno en el, eres asi.
-Si, asi de ingenua.  -dije girando los ojos.
- No, asi de buena. -aseguro con una sonrisa.
- No, de nuevo con eso. -dando vuelta y empezando a caminar
Deberias sentirte privilegiada de poseer esa hermosa cualidad, que todo recibimos al nacer y que muy pocos conservar porque este mundo se lo arrebata, se que has pasado por tanto y aun lo conservas. -dije embozando una sonrisa, que se convirtio en una mueca, ultimamente estaba fluyendo muchas ideas en mi cabeza y con ellas una especie de sensaciones extraña, que parecieran querer ahogarme, que estaba pasando conmigo, esto no estaba bien, no era normal y mucho menos correcto que pesara de aquella manera, como un simple humano. -digo ETHA, mientras la miraba, aun no conseguia entender como era malo, ser bueno aqui, como las personas tenian mas facilidad por las cosas incorrecta, en vez de la corracta estaba todo alrevez de cabeza podria decirse.
Aunque se esforzaba diariamente, por comprender un poco mas a los humanos, cuando parecia avanzar repentinamente se encontraba en el fondo.
En el reino oscuro
- Señor.. -le interrumpi rapidamente, haciendole señas para que prosiguiera, le observe caminar de prisa hacia mi.
- ¿Que me tienes? -dije impaciente ante sus palabras, que se habia detenidos.
- Aun no conseguimos saber su localizacion, pero es seguro que hay una aqui. -digo cautelosamente, cada cierto tiempo era enviado un angel a la tierra a misionar, cada uno llevaba siempre una tarea especifica, un proposito y era mi proposito desviar o matar ese angel, impidiendole no solo que regresase al padre, sino qie cumpliera con su mision, no era una tarea sencilla, dar con su paradero, necesitaba ayuda celestial, esta vez planeaba algo diferente, pero necesitaba a un angel, un caido, a los angeles se le resultaba facil identificar un alma pura, era como un faro para ellos, los atraias, necesitaba un angel si queria encontrarla.