De todas maneras, si bien ese desagradable suceso con mi ex no había pasado a mayores y habíamos podido controlarla, y ahora podía concentrarme en esa confesión que Leti me había hecho esa mañana y que me hacía inmensamente feliz, me preocupaba de sobremanera que algo parecido pudiera volver a pasarle.
Habían sido casi tres años viviendo en la sombra, apenas mostrándome ante ella aquella vez del incidente en la Piazzale di Porta Pía, y fue tan rápido que ni tiempo tuvo de prestarme atención como para reconocerme después… Aquella vez que fue tan fuerte para ambos como la corriente eléctrica que emanó de su cuerpo, y que se repitió tantas veces después cuando nos reencontramos y nuestras pieles entraban en contacto desconcertándonos a ambos.
Habían sido casi tres años tratando de curar una
