Y por eso, precisamente para el último cumpleaños de ese hombre maravilloso decidí sorprenderlo de dos maneras que estoy segura que jamás se habría imaginado. La celebración comenzaría la noche previa, pues era viernes y tenían pactado tocar con sus amigos en el bar, ocasión ideal para celebrar entre ellos los primeros minutos del cumpleaños. El caso es que Rafael quería que yo estuviera presente pero, justo ese fin de semana, a Fabrizio se le ocurrió enviarme de viaje de negocios a Madrid. Pero por supuesto que viajar por negocios un viernes no iba a sonarle nada creíble a mi novio… así que el propio Fabrizio se encargó de comentar delante de él que debía viajar por una semana completa. Y que debía viajar sola. Letizia - ¡Te juro que lo detesto! (ya en casa, llorando mientras él