—¿Pizza? —cuestioné en dirección a Kayler, quién se encontraba frente a mí. El mesero nos había traído una pizza familiar solo para los dos. Él asintió. —Es tu favorita, ¿no? La verdad lo era, pero justo en este momento no quiero. Sin embargo, quizás él tenía razón. Debía comer, ya que mi apetito deseaba otras cosas. Y tengo que llenarme de pizza, aunque no quiera, para detener el hambre. Kayler empezó a comer, así que lo imité. Al probar la pizza sentí un sabor raro, era obvio, no la sentía igual. Pero haciendo toda mi fuerza de voluntad logré tragar. Escuché una risa de Kayler. —Debes ver tu cara, cualquiera diría que estás sufriendo. Elevé mis cejas y puse mis labios en una sola línea. —Kayler, ¿alguna vez has... Comido... humanos? —murmuré a lo bajo. Lo