Raven enojada

1551 Palabras
Alessandro. Después de hablar con Calum y llegar a un acuerdo, sobre los nuevos barcos que compraré para la empresa, le insinuó que es hora de que se largue. —Bueno, es hora de irme, amigo, pero quiero despedirme de Raven, así que con tu permiso. Él sale de mi oficina, no dije nada, le dije a Calum que esa puta niña está conmigo solo porque quiero vengarme, si le prohíbo que la vea pensará que estoy celoso y no me dejará en paz. Después de algunos minutos voy a la cocina por un vaso de agua, pero al bajar por las escaleras escucho risas de ellos dos. Me dirijo al lugar en donde se escucha todo, es mi habitación. Al llegar la puerta se encuentra entre abierta y escucho a esos dos hablando. —En verdad que eres perfecta, Raven. —Gracias, al principio me incomodaba la forma en que me mirabas, pero debo respetar tu forma de ser, Calum. —¿Por qué estás aquí, esperas a Alessandro? —Me dijo que lo esperará en la cocina, sin embargo, me gusta su olor, vine a oler su ropa. —Es normal, linda, ¿sabes lo que hacen las novias, Raven? —No, no lo sé. Es que no tengo mucha experiencia, ¿qué hacen? —No sé, quizás no deba decirte. —¡Dime por favor, Calum! —Las novias usan las camisas de sus novios, creo que a Alessandro le gustaría que usaras su camisa favorita, aunque no sé si decirte cuál es. —Dime, por favor. —Con una condición, hermosa. —Dime, haré lo que me pidas. —Debes probártela frente a mí, lo digo porque soy el mejor amigo de Alessandro, si me gusta a mí también le gustará a él. —Lo haré, Calum. —Quítate el vestido y te diré cuál es. Siento mi sangre hervir en tan solo un segundo, ella levanta su vestido. Entro antes de que esté bastardo la vea desnuda. —¿Qué crees que haces, maldito imbécil? —Alessandro, tu amigo me dijo algo que hacen las novias, talvez te guste si uso tu camisa favorita. No le presto atención y empujó a Calum hacia la salida. —¡Quédate en mi habitación, niña! Ella asiente muy asustada, sabe que estoy furioso. —¡¿Qué demonios crees que haces?! Te lo advertí, ella no es ese tipo de mujer. —¿Cuánto quieres, Alessandro? —¡¿De qué demonios estás hablando?! —Nos faltan algunos millones para comprar todos los barcos, yo te los daré si me vendes a esa niña por una noche. Es especial y ninguna puta me ha hecho sentir como ella. —Ni en tus sueños, largo de mi casa. —Pensé que ella solo era parte de una venganza. —¡No te importa lo que haga con ella! Te juro que si le pones un dedo encima te mato. Lo saco de mi casa y cierro la puerta en su rostro, subo a la habitación y abro la puerta. Ella se encuentra sentada sobre la cama. —Dime algo, ¿eres en verdad tan estúpida e inocente, o solo finges que lo eres? —¿De qué hablas? Tu amigo solo quería ayudarme. —Eso me confirma que eres tan estúpida como inocente. Pongo mis manos en su cintura y la levanto para que este a mi altura, puedo sentir su respiración cerca de mí. Ella toma con sus pequeñas manos mi rostro. —Eres el hombre más increíble y guapo sobre la tierra, te amo tanto. Ella está a punto de besarme, la alejo un poco. —¡Escucha, niña! No quiero que hables con Calum, nunca más. —Está bien, prometo que no lo haré. —Llevaré tu maleta a la habitación de invitados y te quedarás ahí. —¡¿Entonces puedo quedarme?! —No tengo de otra. —¿Puedo besarte, mi amor? —No, no puedes. La siento al borde de la cama y bajo por su maleta. Al subir ella ya se encuentra en la habitación de invitados. —Mi amor, haré café y después la cena, gracias por subir mi equipaje, eres el mejor novio del mundo. Ella se va, yo me dirijo a mi habitación para tomar un baño y relajarme, aún me siento muy molesto. Después de tomar un baño me visto con ropa cómoda. Ella entra a mi habitación sin tocar, odio a las personas que hacen eso. —¿A caso no te enseñaron modales tus padres? —¿Con cuántas de azúcar te gusta el café? —¿Escuchaste lo que dije? —A mí me gusta con dos de azúcar, mi amor. Vaya, es raro verte sin traje, sin embargo, puedo apreciar tus músculos, eres perfecto. Ella se acerca para tocarme, tomó su mano y la aparto. Su labio tiembla, sé que está a punto de llorar. —Por favor —me suplica. Levanto mi camisa y ella toca mi abdomen. Rápidamente, la felicidad vuelve a ella. —¡Esto es increíble! Se sienten como rocas. Ella observa las venas en mi vientre, las toca con las yemas de sus dedos. Sin darme cuenta ella está tan cerca de mi m*****o, esto hace que rápidamente se ponga duro, debo admitir que ni una puta había logrado que mi polla se levantara tan rápido. Ella se sorprende y se aleja. —¡¿Qué fue lo que hice?! Solo toque un poco, esta más grande que la primera vez que lo hicimos. Bueno, debo irme, Alessandro. Ella intenta correr, pero me adelanto y cierro la puerta. —¿Por qué corres, niña? Ella cierra las piernas y toca su vientre. —Siempre estás hablando de tener sexo, ¿qué pasó? ¿Tienes miedo? —No, no, deje el horno encendido, mi amor. Camino alrededor de ella como un león que rodea hambriento a su presa, su pequeña carita de ángel está completamente roja. —¿Ahora eres una chica tímida? —¿Tímida? No, no lo soy. Quiero hacerlo, no sabes cuanto, pero me expuse al sol y me duele el cuerpo, tome mi medicamento, pero aún me siento mal. Tú no tienes piedad conmigo, yo no sería igual que tú. —¿No serías igual que yo? Ahora se supone que tú serías mejor que yo, niña. —¡No quise decir eso! —Cómo dices que no eres como yo, enséñame. Me quito la ropa por completo y me tumbo sobre la cama. —¡Vamos, te dejo el camino libre! Quiero ver como lo haces, yo no te tocaré, si puedes hacer que acabe sin que te toque te ganarás el privilegio de que te llame por tu nombre. Ella salta de la emoción. —¡Sí, lo haré! Ella se quita la ropa y sube a la cama, me mira por algunos segundos sin saber qué hacer. —Vamos, estoy esperando, niña. —Espera un momento. Ella mira su celular por algunos minutos. —¡Lo tengo! Acabo de ver un video porno. La chica del video dijo que se empieza con la boca, haré lo mejor que puedo, cierra los ojos y no digas nada. —Está bien, lo haré. Cierro los ojos esperando, tengo curiosidad. Me río para mí mismo, ni la puta más experimentada me ha hecho acabar con una mamada. Ella lamió la cabeza de mi polla lentamente y sentí la electricidad fluir a través de mi cuerpo, su lengua inexperta es tan suave. Luego trató de llevárselo a la boca y sentí como su saliva se deslizaba por mi tronco. Se ayuda con su pequeña mano y la mueve al mismo ritmo que lame la punta de mi m*****o. Lo hace más rápido y, sin darme cuenta, me atrapó agarrándola del cabello y bajando su cabeza para que pudiera meterla más en la boca. Logra entrar la mitad y escucho sus arcadas, pero continúa sin parar, no tengo la fuerza para pedirle que pare. El placer que su boca inexperta me produce me tiene dominado, después de algunos minutos me vengo en su boca. Ella se sienta a mi lado mientras saborea mi semen que aún tiene en la comisura de los labios. —¡Alessandro, ahora llámame por mi nombre! —No, no lo haré. —¡Teníamos un trato! —Lo sé, pero yo te ayudé empujando tu cabeza, de lo contrario no habría acabado, niña. Ella me mira con ojos de cachorro triste, su labio tiembla y sus lágrimas caen por sus mejillas. Después se levanta, toma su ropa del piso y sale de mi habitación. Sé que está enojada, pero se le pasará pronto. Me vuelvo a vestir y miro en mi celular mis r************* por dos horas, después bajo cuando siento que huele delicioso, debo admitir que es buena cocinando. Voy a la mesa en donde se encuentra la cena ya servida, pero solo está la mía. Me siento y ella pasa frente a mí, me sirve un poco de vino sin siquiera mirarme. —¿Y tu cena? —No tengo hambre, buenas noches. Limpiaré la mesa cuando termines. —¡Oye, niña! Ella sube por las escaleras sin mirarme, solo es un berrinche para llamar la atención, mañana se le pasará.
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