Salvar su vida.

2213 Palabras
Alessandro. Me siento tan agotado, fui aún más cruel ayer con ese demonio, sin embargo, esta vez me pedía más. Esa cosa me dejó exprimido, incluso estoy dudando que sea humana. El bastardo de su padre la llama vampiro, creo que eso es, es una maldita vampiro. «¡Maldición, creo que mis bolas se encogieron!». Ayer me pidió que lo hiciéramos por segunda vez, tiene 18, pero folla como una de 30. Debo pensar en otro plan para que se largue de mi vida. Debo trabajar y concentrarme, no pensaré más en esa puta niña. Raven. —¡¿Qué fue lo que sentiste, Raven?! —¡Cassie, fue increíble! Mi cuerpo estaba tan caliente, podía sentir un líquido resbaladizo entre mis piernas. Quería gritar y sentí algo que no puedo explicar, una explosión de placer, lo mejor fue que lo sentí dos veces. —¡Dos veces, amiga! —Sí, le pedí que lo hiciéramos dos veces. —Raven, me siento feliz por ti, es normal que disfrutes de tu sexualidad, sin embargo, estoy preocupada. Mira tus brazos, piernas y rostro, ese hombre es violento, si algo te pasa la única culpable seré yo. —¡Oh, tranquila, Cassie! Es solo cuando hacemos el amor, me gusta, es una mezcla de dolor y sensaciones increíbles. —Raven, las relaciones sanas no son así, él no tiene derecho a tocarte ni en momentos íntimos. —Sí, los tiene, es mi novio, mamá siempre dice que pertenece a papá y lo ama. —Elizabeth no se refiere a eso, Raven. —¿Me vas a ayudar? ¡Por favor, Cassie! —Está bien, iré por mi base de maquillaje, con eso podré cubrir los golpes de ese tipo, pero con tu labio no podré hacer mucho. —No te preocupes, le dije a mi madre que me caí en el baño. —Iré por mis cosas. Cassie va a casa por su maquillaje, sé que no está de acuerdo, pero sé que Alessandro nunca me haría daño, con el tiempo me amará tanto como yo a él. Alessandro. Son las tres de la tarde, me tomo un descanso y bebo una copa de vino. Voy a la sala y enciendo la televisión, hace tiempo que no hago esto. Me relajo ya que me encuentro completamente solo, hoy es el día libre de Susan. Todo en la televisión es aburrido, termino beber mi copa de vino y me acuesto sobre el sofá, cierro los ojos por un momento y no puedo evitar pensar en… Flashback- ayer por la noche. —Alessandro, ¿cuál es tu color favorito? Estoy a punto de irme. —¡No te vayas! Sabes que tengo evidencia, debes hacer lo que tu novia pida. Me acuesto a su lado y respiro hondo. Me digo a mí mismo. ¡No la mates, Alessandro! Es solo una puta niña. —Responde mi pregunta, mi amor. —¡No me llames así! —Eso eres, mi amor. —Me gusta el rojo y el n***o, pero si debo elegir solo a uno es el n***o. —Yo también tengo dos colores diferentes, me gusta el rosado y blanco. —No me importa. —¿Cuál es tu sueño, mi amor? —Qué desaparezcas de mi vida y me dejes en paz. —El mío es que tú me llames por mi nombre, y que cuando llegue a tu casa me respondas cuando te saludo y te pregunto, ¿cómo estás? Cuando tú lo hagas, sabré que me has extrañado y estás feliz de verme. Esperaré ansiosa por ese día, mi amor. Ella se acerca a mí y pone su cabeza en mi pecho. —¿Podrías acariciar mi cabello? La agarró por el pelo y la empujó sobre la cama. Me miró y supe que iba a llorar. —¡Entiende algo, maldita niña! No significas nada para mí, eres peor que basura, ¿crees que estaría contigo por voluntad propia? Nunca estaría con una mujer como tú, ningún hombre en su sano juicio te amaría. ¡No sabes nada de la vida, tus malditos padres te criaron en una burbuja! Nunca podría amarte, entiéndelo de una vez y lárgate de mi puta vida. Me voy a la habitación de invitados, cierro la puerta. Esperaré hasta que se largue y me deje tranquilo, apago la luz de la habitación. Retiro las sábanas y me acuesto en la cama, me siento tan cansado que mis párpados se cierran por si solos. —Alessandro, ¿puedo pasar? La voy a estrangular, talvez solo deba fingir que duermo y se largara. Siento sus labios sobre los míos. —Sé que me dijiste eso porque no te agrado, pero yo te amo, y no me voy a rendir, tú ahora eres mi vida, y aunque no quieras prometo estar a tu lado y protegerte. Ella me besa por última vez y sale de la habitación. Fin del flashback. Abro los ojos y miro a mi alrededor, todo está a oscuras. Miró la hora en el reloj de mi muñeca. ¡Son las seis y media! Me acosté a tomar una siesta a las tres de la tarde y me desperté casi a las siete de la noche, en verdad me encuentro muy agotado. Aunque debo admitir que esas fueron las mejores horas de sueño que he tenido, me siento un poco más relajado. Me levanto y busco a oscuras el interruptor para encender la luz. Al encenderla seis tipos se encuentran a mi alrededor, me apuntan con sus armas. —¡Vaya, bello durmiendo! Pensé que el gran Alessandro Tamar nunca despertaría, llevo aquí como una hora, pensé que era de mala educación despertarte, por eso decidí esperar. —Te lo agradezco, Gael, ¿debo ofrecerte un trago? —No, no quiero, gracias, solo hablaremos un rato y después te volaré la puta cabeza. ¡Ah, casi lo olvido! Quiero que firmes estos documentos, pero no hablemos aquí, vamos a un lugar más cómodo. —Por supuesto, te llevaré a mi oficina. Estoy tranquilo, sé tratar a estos perros cobardes. Además, si en este momento me matan no me importa, después del infierno que viví y haber asesinado a la directora del orfanato cuando era niño me quito el miedo a la muerte. Entramos a mi oficina y tomamos haciendo. Tengo una pequeña arma en un pequeño escondite bajo mi escritorio. —Bueno, Alessandro, debes entender que fui a prisión por quince años, éramos socios y tú hiciste que firmará esos papeles para que toda la entrega y compra de esas armas fuera mi responsabilidad. —Así son los negocios, Gael, creo que tú deberías entenderlo. —Y eso no es todo, no pude ver a mi hija crecer por tu traición. —No te preocupes, en este escritorio me la follé todas las veces que quise. Esa perra rogaba por mi polla, así que no la deje sola. Escuché que formo una familia, dale las felicitaciones de mi parte. —¡Rómpele la cara a este hijo de puta! —Le ordena a uno de sus hombres. El hombre alto de color me da un puñetazo en la mandíbula, esto me provoca risa. Gael ordena otros tres puñetazos, siento el sabor de la sangre en mi boca. —Gael, tengo curiosidad, ¿tú serás quien me mate? Eres un maldito cobarde, nunca has tenido por putos huevos para ser un hombre de verdad, por eso me cogí a tu esposa también. »Creo que esto hasta nos hace parientes, ¿no crees? Por cierto, en algo debo darte crédito, tienes muy buenos gustos en mujeres. Ah, casi lo olvido, le enseñé a tu mujer como dar una buena mamada, deberías de darme las gracias. Él se levanta y toma su arma, yo saco el arma que tenía escondida y cuando voy a disparar no tiene balas. —¿Crees que somos imbéciles? Todas las armas de esta casa no tienen balas, morirás como el perro de mierda que eres, ¿últimas palabras, Alessandro? Cierro los ojos, llego mi hora y estoy tranquilo. En este tipo de negocios sabía que tarde o temprano iba a pasar. Escucho disparos, todos los hombres de Gael se encuentran en el piso. Gael se voltea y antes de que disparen ella lo hace. Ella intenta seguir disparando, pero el arma se quedó sin balas. Por algunos segundos veo fuego en sus ojos. Ella me mira y corre hacia mí. —¡Alessandro, mi amor! ¡¿Te encuentras bien?! Mira tu rostro, lo siento, no pude cumplir mi promesa, no pude protegerte, si hubiera llegado antes no te habrían tocado ni un cabello. Estoy en shock. Ella besa mis labios y acaricia mi rostro. Calum entra a mi oficina haciéndome volver en sí. —¡Alessandro, sé que no pude venir antes! ¿Te encuentras bien? —Lo estoy, tranquilo. —¡Hola, soy Raven! Calum se come con los ojos a Raven, ella se esconde detrás de mí. Una mujer que disparó a sangre fría se oculta detrás de mí esperando mi protección. —¿Qué pasa, linda? ¿No te agrado? Soy Calum, es un placer. —No, no se trata de eso, es que no me gusta la forma en que me mira. —Tranquila, muñeca, nunca te tocaría, ¿qué haces aquí? —Alessandro es mi novio. Calum me mira sorprendido. —¡Eso no te importa, llama a tus hombres y encárguense de estos hombres! —Lo haré, tranquilo, amigo. Ella me toma de la mano y me pide hablar a solas. —Alessandro, les disparé en las piernas y cadera, sé que aún están vivos. Déjalos con la policía, sé que la policía los busca, se escaparon hace algunos meses. Lo sé por mi tío Samuel, no quiero que te culpen si uno de ellos muere. —Calum, ¿los hombres tienen pulso? —Sí, aún siguen con vida. —Déjalos frente a la policía, arrójalos frente a la estación y ellos se harán cargo, son fugitivos. —Cómo tú digas. Los hombres de Calum entran, amarran a todos y se los llevan. —¿Tú no irás con ellos, Calum? —No, lo haré, confío en ellos. Sé las intensiones que tiene Calum, tiene su miraba puesta sobre ella. —Alessandro, traje la cena, iré a la cocina y la serviré. —¿No me invitarás a mí, hermosa? —Por supuesto, señor. —¡¿Señor?! Tengo 29, incluso soy menor que tu novio. —No fue mi intención ofenderte, Calum. —¡Eso suena mejor! —¿Puedo retirarme, Alessandro? Asiento y ella se va. Calum la mira de pies a cabeza mientras sale. Lo tomo de la mandíbula con fuerza. —¿Qué haces? Contrólate, tiene 18 años. No es una de las mujeres que frecuentamos en los clubes nocturnos. —¡Tranquilo, amigo! Lo suelto y él toca su mentón, hace una mueca de dolor. —Amigo, debes contarme todo, ¿por qué no sabía que tenías novia? El gran Alessandro Tamar rompía el corazón de toda mujer, pero ella te llamo novio y tú no lo negaste. —No se trata de eso, ella no significa nada para mí. —¡¿Cómo puedes decir eso?! Tiene un cuerpo perfecto, un buen culo y buenas tetas, tiene el cuerpo del infierno, pero su carita es de un tierno ángel. La combinación perfecta para un hombre, sin mencionar esos ojos verdes. —Es la sobrina de Samuel Braus. —¡¿Samuel Braus?! El policía que quiere arrestarte. —Sí, ese mismo. Fue una casualidad, pero no me importa, solo la usaré para vengarme. —¿Entonces tengo el camino libre con ella? —Disculpen que los interrumpa, la cena está servida. Vamos a la mesa, nos sentamos y ella nos sirve vino para beber. Ella se sienta entre nosotros y Calum no la deja en paz con sus preguntas estúpidas, sé que ella se siente incómoda… Al terminar la cena intento que Calum se largue, pero no me presta atención, continúa incomodándola. Quiero tomar su cabeza, sacar sus ojos y golpear su cabeza sobre la mesa hasta que sus jodidos sesos salgan. —¿Qué harás esta noche, linda muñeca? —Calum, no intento ser grosera, pero no me gusta la forma en que me miras, yo soy de Alessandro y lo amo, quiero hacer el amor con él, ¿podrías retirarte? —¡Bueno, bueno! Una mujer directa me gusta. Cuando Alessandro rompa tu corazón y quieras que alguien te consuele llámame, muñeca. Calum toma su saco y se va. —Tranquilo, esta noche no lo haremos, solo quiero cuidarte Alessandro. —¿Quién te enseñó a disparar así? ¿Y de dónde sacaste esa pistola? —Mi tío Samuel, es un secreto, mis padres no lo saben. No los asesine, todo fue en defensa personal, y el arma fue con la que me apuntaste el día que nos conocimos, sabía que estaba en la maceta y la tomé. Ella trae un botiquín y cura mis golpes. —¿Te duele, mi amor? —No es nada, estoy acostumbrado. —Ve a descansar, Cassie debe estar esperando por mí, vendré mañana. Ella besa mi frente y después mis labios.
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