Pensé que al morir, me olvidaría de todos mis problemas, que ya no valdría la pena pensar en algo tan trivial como la vida si yo ya estaba muerta, uno se imagina que la muerte es como una luz al final del túnel y que al cruzarlo encontraría el mas hermoso paraíso, pero en realidad no fue así; para mi ya no había un paraíso al cual ir, se había esfumado para mi; estaba condenada a una vida eterna y para obtenerla tuve que ir al infierno; donde mi cuerpo fue quemado, mutilado, desmembrado de la peor manera posible. El dolor mas horrible que ni en vida soporte, las torturas de Thomas eran caricias a mi piel a comparación de lo que me ocurría, era el cuerpo de una mujer que yo desconocía, era como si la apariencia y la fuerza de un demonio se combinara con mi alma; cada centímetro de mi cuerp