Nuestro día en la playa ha sido de ensueño, creo que esa conversación tan profunda y sincera que tuvimos sirvió para hacer una especie de pacto entre los dos. Claro que toda esta incertidumbre da miedo, pero la vida en si es peligrosa. No quise contarle las cosas que vi como médico, pero la edad, o un órgano no determinan cuando es el último día que estaremos en este mundo. Lo único que queda es vivir e intentar ser felices lo más que se pueda cuando esa felicidad llama a tu puerta. Podría tener diez mil excusas para decirle que todo esto es una locura, pero si hay algo que estoy aprendiendo, es que hace faltan más locuras para tener esa cuota de felicidad que estamos teniendo ahora. —¿Cómo me veo?— Me interrumpe sus voz y al voltearme la veo allí radiante con un vestido corto color rojo