Katrina toma el ascensor que se abre justo en ese instante. Ni siquiera es capaz de explicar lo que siente en estos momentos. Algo en su pecho le duele y mucho, como si su corazón se estuviera partiendo en mil pedazos. Nunca antes había sentido algo como esto, ni siquiera cuando encontró a Jarl con Lizzie o cuando él verbalizó el rechazo. Es demasiado doloroso. ¿Acaso está enamorada de Ragnar? Llega hasta la planta baja y sale a pasos presurosos del edificio, toma el primer taxi que pasa en frente, sin mirar atrás. Oye su celular sonar dentro de la cartera una y mil veces, pero prefiere ignorarlo. No puede evitar llorar. El chofer del taxi la mira desde el espejo retrovisor con tristeza. —¿Desea que la lleve a algún sitio en específico, señora? —¿Puede solo dar vueltas por el momento