Un año después… —¡Resuélvelo, resuélvelo ahora!—. Adam tenía cara de poker, todos sabían que cuando estaba enojado, era mejor no cruzarse en su camino, pero…¿Qué le había ocurrido esta mañana?, estaba de un humor de locos y todos sufrían. —Si señor. Ana llegó hasta la oficina de Adam, estaba afuera esperando, se escuchaban los regaños en todo el piso, ella le había marcado a su esposo y él la mandó al buzón, eso no era bueno, significaba una cosa, estaba enojado, estaba muy enojado con ella. Dos hombres salieron de su oficina muy regañados y Ana solo suspiró. —¿Qué le hiciste esta vez?—Preguntó Emma con curiosidad. —No estoy segura—Respondió Ana acomodándose él cabello. —Buena suerte— dijo Emma. Ana caminó a paso firme, entró a la oficina y su mirada chocó con la de Adam. Él fue a
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