Cristian miraba a Adam con atención, había ido a visitarlo, y también había escuchado aquella llamada, siempre supo que su amigo era un tonto, pero no creyó que era uno tan grande.
—¿Qué crees que haces?—Preguntó Cristian sin entenderlo ni un poco.
Adam lo miró y luego miró el techo, ya no soportaba estar en aquella cama, se sentía desesperado y solo, pero no quería que Ana se fuera a vivir con él, y que se sintiera obligada a atenderlo.
—¿De que hablas?.
—Sabes de que hablo Adam, tienes la oportunidad de empezar de nuevo con Ana y la tratas de alejar, ¿Por qué?.
—Mírame Cristian, ¿Qué clase de hombre sería si le ruego qué no me deje?, no es justo para ella.
—Crees que ella esta contigo por lástima pero no es así, la miré ir todos los días al hospital, hablé con ella, te ama de verda
