Una tarde agitada

2005 Palabras

Me levanto cuando veo que Alfonzo está vistiéndose, se ve muy sexy. Me levanto y me aseo, cuando salgo ya mi esposito no está a la vista, seguramente está en la cocina, aunque lo que encuentro es algo inquietante. Parece que alguien está a punto de cometer un asesinato. —Buenos días, ¿todo bien? —Le doy un beso a Alfonzo y Oscar desvía la mirada. —Hice panqueques —señala Alfonzo, más serio de lo normal—. Espero que te gusten. Se acerca a mí y me da un beso en la frente sin decir nada más, lo cual me parece extraño, porque ni siquiera se despide de Oscar. De hecho, no se despide de nadie. Cuando se cierra la puerta detrás de él, me vuelvo interrogante hacia Oscar, que parece haber encontrado cierta fascinación en los panqueques. —¿Algo pasó? —cuestiono con las manos en las caderas.

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR