[SANTIAGO] Se ha quedado muda ante mi pregunta y solo espero no haber arruinado lo poco que habíamos reconstruido. La miro fijamente a los ojos mientras que tengo su cuerpo atrapado entre mis brazos. —Dime algo por favor— Le suplico al sentir esa lucha interna que hay en ella. —Prométeme algo— Habla finalmente casi en un susurro. «Me puede pedir lo que quiera, por ningún motivo dudaría en hacer lo que ella guste, si es que eso me permitirá estar a su lado nuevamente» pienso y sonrió —Lo que tú quieras.— Pronuncio. —Prométeme que si nos damos cuenta de que esto no funciona, lo conversaremos y no nos lastimaremos.— Me dice y sus palabras son una bocanada de aire fresco que me hacen volver a respirar con total normalidad. Está dispuesta a intentarlo y yo soy el hombre más feliz del unive